Surgiendo de un pasado marcado por la rebeldía y la reinvención, Jacobsen ve el arte como un refugio y un vehículo: un medio para destilar experiencias crudas en un lenguaje visual profundo. Su obra es un diálogo entre mundos contrastantes: la energía dinámica de las calles y la elegancia atemporal del arte clásico, creando piezas que desafían y armonizan estas influencias. Cada creación es una exploración de la identidad, la cultura y la incesante búsqueda de la autoexpresión, invitando al público a un viaje continuo de introspección y evolución.